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quienes somos

Una carta de una niña en la ONU

Hola, soy Severn Suzuki y hablo por ECO (Environmental Children’s Organisation) , Organización Infantil del Medio Ambiente. Somos un grupo de niños de 13 y 14 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo. Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco mil millas para deciros a vosotros, adultos, que tenéis que cambiar vuestra forma de actuar.

Al venir aquí hoy, no tengo una agenda secreta. Lucho por mi futuro. Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir.

Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir.
No podemos soportar no ser oídos.
Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono.
Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él.
Solía ir a pescar a Vancouver, mi hogar, con mi padre hasta que hace unos años encontramos un pez lleno de cánceres.
Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, desvaneciéndose para siempre.

Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletas de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.
¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?

Todo esto ocurre ante nuestros ojos y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones.
Soy solo una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen.
No saben como arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono.
No saben como devolver a los salmones a aguas no contaminadas.
No saben como resucitar un animal extinto.
Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos.

Si no saben como arreglarlo, por favor, dejen de romperlo.
Aquí, deben ser delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad sois madres y padres, hermanos y hermanas, tías y tíos, y todos vosotros sois el hijo de alguien.
Aún soy solo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco billones de miembros, de hecho por treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra.

Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.
Aún soy solo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.
En mi rabia no estoy ciega, y en mi miedo no estoy asustada de decir al mundo como me siento.

En mi país derrochamos tanto… Compramos y despilfarramos, compramos y despilfarramos, y aún así así los países del Norte no comparten con los necesitados.

Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder parte de nuestros bienes, tenemos miedo de compartir.
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección.
Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión.
Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle.
Y uno de esos niños nos dijo: "Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropas, medicinas, hogares y amor y afecto". Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué somos nosotros, que lo tenemos todo, tan codiciosos?

No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda, que podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; que podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; una víctima de la guerra en Oriente Medio o un mendigo en India.

Aún soy solo una niña y se que si todo el dinero gastado en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, qué lugar maravilloso sería la Tierra.

En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo.

Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y no ser codiciosos.
¿Entonces por qué salen fuera y se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?

No olviden por qué asisten a estas conferencias, lo hacen porque nosotros somos sus hijos.

Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos.
Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: "todo va a salir bien", "esto no es el fin del mundo" y "lo estamos haciendo lo mejor que podemos". Pero no creo que puedan decirnos eso más.
¿Estamos siquiera en su lista de prioridades?
Mi padre siempre dice: "Eres lo que haces, no lo que dices". Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches.
Ustedes, adultos, dicen que nos quieren.

Os desafío: por favor, haced que vuestras acciones reflejen vuestras palabras.

Gracias.

 

La ciencia descubre las claves de la felicidad

En este artículo de el país, se vislumbra lo que para el ser humano puede ser la felicidad y donde no perder el tiempo buscándola

Si es usted un escéptico que no cree en fórmulas mágicas para la felicidad; si la crisis le deja sin dinero para regalos pero con tiempo para dedicar a otros; si entre sus objetivos para 2009 está el conseguir un ansiado bien material... lo que sigue podría interesarle. Resulta que la búsqueda de la felicidad, del bienestar subjetivo, del sentimiento de satisfacción personal, ya no es cosa de gurús que dan consejos, sino que ha entrado de lleno en el ámbito de las ciencias si no exactas, sí experimentales.

Y algunos de sus hallazgos son sorprendentes. Muestran, por ejemplo, que hay más felicidad en el altruismo que en el hedonismo, y en dormir más cada día que en comprarse un coche nuevo. También se sabe que cada uno de nosotros tiene una felicidad basal dependiente de los propios genes pero no por ello marcada a fuego: es posible manipularla... siempre que se descubran los mandos correctos. Lo bonito del asunto es que entre quienes diseccionan la felicidad para buscar sus ingredientes hay economistas, sociólogos o psicólogos que publican sus trabajos en las revistas científicas de mayor impacto internacional. Sí, hay una búsqueda científica de la felicidad.

El estado de máxima felicidad tiene un nombre: flow, flujo, un concepto acuñado hace dos décadas por el psicólogo de origen húngaro afincado en EE UU Mihaly Csikszentmihalyi, y que hace referencia a la absorción total que experimenta desde quien se entrega por completo a una tarea intelectual hasta quien se sumerge en un videojuego. Csikszentmihalyi es, junto con su colega Martin Seligman, uno de los pioneros de la llamada psicología positiva. Cuando Seligman se estrenó como presidente de la Asociación Psicológica Americana, en 1998, llamó la atención sobre un sesgo en su disciplina: entre 1980 y 1985 la literatura científica incluía 2.125 trabajos sobre felicidad, comparados con 10.553 sobre la depresión. Seligman reivindicó la importancia de estudiar no sólo lo que entristece a la gente sino lo que la hace feliz.

La idea cuajó. Desde 2006 hasta ahora la felicidad ha protagonizado más de 27.300 artículos científicos -aunque la tristeza aún gana, con más de 53.000-. Ahora hay un Journal of Happiness Studies (revista de estudios sobre la felicidad) incluido en el sistema de citas científicas, y una World Database of Happiness, o base de datos mundial, que recopila información al respecto, con sede en la Universidad Erasmo de Rotterdam (Holanda).

Así pues, ¿cómo se mide la felicidad? Una primera respuesta parece obvia: preguntando a los principales interesados. Las prestigiosas encuestas del European Social Survey (ESS), que se hacen desde 2001, incluyen la pregunta: "¿Cómo es usted de feliz?". No son estudios frívolos. El ESS ha recibido el premio europeo Descartes por su alto rigor científico; su coordinador en España, Mariano Torcal, de la Universidad Pompeu Fabra, estima que cada campaña española del ESS cuesta unos 500.000 euros. El proyecto Happiness utilizará estos datos del ESS.

Hay otras encuestas similares -realizadas con métodos distintos-: el Eurobarómetro y sus equivalentes en otros continentes, o el World Values Survey (WVS), con datos de más de 50 países desde principios de los ochenta.

Los resultados de estas encuestas pintan grosso modo el siguiente panorama. En los países ricos se es más feliz que en los pobres. Bien. Pero superado un nivel mínimo de riqueza, dinero y felicidad se desacoplan: aunque la capacidad adquisitiva se multiplique, el sentimiento de bienestar apenas varía. La paradoja ya la señaló en los años setenta el economista Richard Easterlin, y se corrobora a lo largo de los años. Fernández Abascal lo ha expresado así: "Mis hijos tienen todas las videoconsolas y no son más felices de lo que era mi padre, que jugaba con una cuerda y una caja de cartón en la calle: tenían menos medios, pero los niveles de felicidad eran parecidos".

Las encuestas del WVS también muestran que el nivel de felicidad se mantiene más o menos estable a lo largo de los años, así como las diferencias entre países. En los países nórdicos y en América Latina se declaran más felices que en Asia (Dinamarca, Colombia, Nigeria y Puerto Rico están habitualmente en cabeza). Sin embargo, tras los últimos datos, del pasado julio, Ron Inglehart, el responsable del WVS, llamó la atención sobre el hecho de que desde 1981 la felicidad parece haber aumentado en 45 de los 52 países estudiados. Inglehart y otros autores lo atribuyen a la mejor calidad de vida en países que empiezan a salir de la pobreza y a la extensión de la democracia, supuestamente asociada a más libertad personal.

Pero, en cualquier caso, la foto que proporcionan las grandes encuestas es para muchos demasiado borrosa, así que tratan de afinar con investigaciones más precisas, a menor escala. Algunas dan resultados sobre edad y sexo. En general, hay coincidencia en que son más felices los jóvenes y los jubilados. Un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE) con encuestas realizadas después de 1975 revela que, tras un bache en torno a los cuarenta años, la felicidad "remonta y alcanza su apogeo durante la sesentena", independientemente del estado civil o el nivel de renta. Y el pasado julio investigadores estadounidenses -Easterlin entre ellos- analizaron décadas de datos antes de concluir que de jóvenes las mujeres se declaran más felices, pero hacia los 48 años las tornas cambian y son ellos quienes se sienten más satisfechos con sus vidas.

En general, hay acuerdo en que estos trabajos muestran que la felicidad se correlaciona con "beneficios tangibles en muchos ámbitos de la vida", ha escrito Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de Stanford. Entre ellos: más probabilidades de estar casado y menos de divorciarse; más amigos y mayor soporte social; más creatividad y productividad en un trabajo de más calidad y bien pagado; más actividad y energía vital; mejor salud mental y física; capacidad de autocontrol; e incluso más longevidad. Además, "la gente feliz no es egoísta; la literatura sugiere que tienden a ser relativamente más cooperativos; caritativos y centrados en los demás", dice Lyubomirsky en Review of General Psychology.

Pero esto no basta para sacar conclusiones sobre la fórmula del bienestar vital, para empezar porque no es posible saber si se está más feliz por estar casado -por ejemplo- o a la inversa. Es decir, hace falta diseccionar a la felicidad más y mejor en el laboratorio. Los investigadores lo están haciendo, con resultados curiosos. Antes han afilado sus armas, es decir, han diseñado nuevos métodos para medir la felicidad, aparte de las encuestas declarativas. Kahneman es autor de uno de ellos.

Varios trabajos sugieren que la felicidad que los individuos declaran cuando se les pregunta en global cómo se sienten es muy influenciable por factores intrascendentes, como la formulación de las preguntas o el que se acabe de tener una experiencia buena o mala -un ejemplo clásico: pacientes que se someten a una prueba desagradable dicen pasarlo menos mal si los últimos minutos son placenteros, aun a costa de prolongar el examen-. Así, Kahneman pide a los sujetos del experimento que asignen un grado de felicidad a cada una de sus acciones diarias, reviviéndolas, y no sólo dando un valor global. Con este método realizó y publicó en Science en 2004 un trabajo con casi un millar de mujeres que declaraban cómo de satisfactorias eran sus actividades: el sexo, salir con amigos y relajarse ante la tele figuraban muy alto en la lista, mientras que dormir poco y una agenda laboral muy apretada eran de lo más desagradable. De nuevo, familia y amigos se revelan importantes, pero no el dinero (cubierto lo básico).

Y este no es el único resultado anti-intuitivo sobre la felicidad. Hay más, como que pacientes operados de cáncer puedan sentirse más felices que personas sanas; que víctimas de accidentes muy graves declaren niveles altos de felicidad; o que -por el contrario- personas que han ganado la lotería no sean, poco después del susto, más felices que el común de los mortales. La explicación podría estar en los genes. Varios estudios con gemelos indican que hay una especie de nivel permanente y personal de felicidad, al que pasado un tiempo todo el mundo tiende a volver pase lo que pase, o casi. Ya en 1996 un trabajo con 4.000 parejas de gemelos sugirió que el sentimiento de bienestar con la propia vida es genético en al menos un 50%. Y este mismo año, investigadores británicos y australianos han vuelto a obtener un resultado similar.

Otro resultado anti-intuitivo: genera más felicidad gastar dinero en los demás que en uno mismo. Lo ha demostrado un trabajo de Elizabeth W. Dunn (Universidad British Columbia, Vancouver, Canadá) en Science el pasado marzo, en el que se daba dinero a voluntarios, se les instruía sobre cómo gastarlo y se medía después su grado de satisfacción personal. Este resultado coincide con otros donde la mayor felicidad se correlaciona con acciones de ayuda a los demás y de promoción de la virtud. El altruismo, concluyen los investigadores, pone sobre la pista de la felicidad mucho más que la búsqueda del placer. "Dado que la gente parece pasar por alto los beneficios, las políticas que lo promuevan podrían ser una buena manera de traducir más riqueza nacional en más felicidad nacional", escribe Dunn.

Pero entonces, si el dinero no da la felicidad y el placer personal tampoco, ¿por qué la sociedad actual parece concentrarse en esos factores? ¿Hay un desenfoque generalizado? La causa podría ser un fenómeno ilusorio que Kahneman describió, en Science y otras publicaciones, en 2006. "Cuando la gente considera el impacto de un único factor en su bienestar -como los ingresos, pero no únicamente-, es propensa a exagerar su importancia; llamamos a esta tendencia ilusión de foco (...). Esta ilusión puede ser fuente de errores en la toma de decisiones importantes", ha escrito este experto.

Este fenómeno tampoco ayuda a estimar la felicidad de los demás. "A todo el mundo le sorprende lo felices que pueden ser los parapléjicos", ha dicho Kahneman. "La razón es que no son parapléjicos todo el tiempo. Disfrutan de sus comidas, de sus amigos. Leen las noticias. Tiene que ver con dónde se pone la atención".

Todos estos experimentos tienen un objetivo final: ayudar a mejorar el grado de felicidad personal. No es una utopía, dicen los investigadores. Los genes, al fin y al cabo, dejan un 50% de espacio a la autoexperimentación. Se puede empezar por estas Navidades: pedir menos a los Reyes y ser, en cambio, más generoso...

Lo que el dinero no da

"Aquellas personas con más ingresos que la media están relativamente satisfechas con sus vidas, pero apenas son más felices que los demás en cada momento; tienden a estar más tensas; y no dedican más tiempo a actividades especialmente divertidas. Es más, el efecto de los ingresos en la satisfacción vital parece ser transitorio", escriben en Science (junio 2006) Daniel Kahneman y otros economistas y psicólogos.

No es el único trabajo que explora el efecto del dinero en quien lo posee. También en la revista Science, en noviembre 2006, psicólogos y expertos en marketing estadounidenses concluyen que el dinero hace sentirse a la gente más autosuficiente, y comportarse en consecuencia. "Los resultados de nueve experimentos sugieren que el dinero hace que la gente prefiera sentirse libre de las dependencias y de los dependientes", escriben los investigadores. Cuando se estimulan los pensamientos relacionados con el dinero la gente "pide menos ayuda y está menos dispuesta a ayudar a los demás".

Esto explicaría, según estas fuentes, "por qué el dinero es visto a la vez como el mayor de los bienes y de los males. A medida que los países y las culturas se desarrollaron el dinero habría permitido adquirir bienes y servicios (...) a la vez que disminuían los lazos con amigos y familia. De esta forma, el dinero fomentó el individualismo pero redujo las motivaciones comunes, un efecto aún aparente en la respuesta que hoy da la gente al dinero".

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ciencia/descubre/claves/felicidad/elpepusoc/20081228elpepisoc_1/Tes

El Camino del Tao - Del Tao Te King (Lao Tze):

Tao Te Ching, también llamado Tao Te King, es el libro más importante del pensamiento Taoísta y de la filosofía taoísta. El libro, según dice la leyenda, fue escrito alrededor del año 600 a. C. y su autor es Lao Tse, "Viejo Maestro"

Muchas personas creen que el Tao Te King contiene algunas verdades universales que han sido reconocidas también en otras filosofías, religiosas o seculares. Los principios y conceptos centrales son:

  • El Tao abarca los principios de infinitas cosas. No tiene forma ni sonido; es incorpóreo, eterno y permanente. Este principio no puede explicarse con palabras.
  • El Dào Dé Jing enfatiza los valores "femeninos" (Yin), como la cualidad del agua, fluidez y suavidad (en lugar de la solidez y aspereza de la montaña), la elección del lado oscuro y misterioso de las cosas, y el control sobre las cosas sin gobernarlas.
  • El concepto de "retorno", no en el sentido de regreso al pasado, sino más bien como "contracción", "reducción" e incluso "retirada" sobre sí mismo. Este concepto es ilustrado por el texto del capítulo 48: el aprendizaje consiste en aumentar día a día el patrimonio propio; la práctica del Tao consiste en sustraer día a día.
  • La Nada es la sustancia del Tao y el Ser es su función. Para alcanzar el dominio del Tao es necesario primero reconciliarse con la inmovilidad, no ocuparse de cosas mundanas, dejar de lado el intelecto, el conocimiento, los deseos, el egoísmo y el egocentrismo.
  • Para el taoísmo es central la búsqueda del vacío, común también al budismo y, en alguna medida, al confucionismo.
  • Otras ideas centrales incluyen:
    • El uso de la fuerza sólo atrae la fuerza.
    • La riqueza no alimenta el espíritu.
    • El ansia de poseer sin límite ciega al ser humano y lo convierte en un monstruo codicioso y violento.
    • La preocupación sólo por sí mismo, y el darse importancia son vanos y autodestructivos.
    • La victoria en la guerra no es gloriosa. No debe celebrarse, sino ser causa de duelo, porque surge de la devastación.
    • Cuanto más empecinadamente se intenta algo, mayor es la resistencia que se crea; cuanto más se actúa en armonía con el universo, más se logrará y con menos esfuerzo.
    • El verdadero sabio concede poca importancia a su propia sabiduría, porque cuanto más conoce más se da cuenta de lo limitado de su conocimiento.
    • Cuando perdemos los valores fundamentales, los reemplazamos con valores crecientemente inferiores que pretendemos verdaderos.
    • La glorificación de la riqueza, el poder y la belleza atraen el crimen, la envidia y la vergüenza.
    • Las cualidades de flexibilidad y suavidad son habitualmente superiores a las de rigidez y fuerza.
    • El contraste de los opuestos (la diferencia entre masculino y femenino, luz y oscuridad, fuerte y débil, etc.) es lo que permite entender y apreciar el universo.


    Del Tao Te King (Lao Tze):

    "Sabio es el que conoce a los demás. Iluminado, el que se conoce a sí mismo.

    Fuerte es el que vence a los otros. Poderoso, el que se vence a sí mismo.

    Rico es el que conoce la alegría.

    Hombre de voluntad, el que se mantiene en su camino.

    Sé humilde, y permanecerás íntegro.

    Inclínate, y permanecerás recto.

    Vacíate, y permanecerás lleno.

    Gástate, y permanecerás nuevo.

    El sabio no se exhibe, y por eso brilla.

    No quiere destacar, y por eso destaca.

    No se aprecia, y por eso es apreciado.

    Y porque no compite, nadie en el mundo puede competir con él"

    Si quieres que algo se contraiga, antes debes permitir que se expanda.

    Si quieres que algo se debilite, antes debes hacerlo fuerte.

    Si quieres demoler un edificio, antes debes edificarlo.

    Para recibir, hay que dar primero.

   A ésto llamamos sabiduría sutil"

  "La felicidad no es un destino al que llegar, sino una forma de viajar"

  "La dulzura vence a la dureza más fuerte".

¿Qué es la sincronicidad?

La sincronicidad es una ley básica que podemos utilizar para entender las oportunidades que nos brinda la vida.

Para que halla sincronicidad tiene que haber sincronía, coincidencia en el tiempo/espacio.

En 1952 Carl G. Jung publicó un articulo llamado "Sincronismo como principio de las conexiones acasuales" donde argumenta que incidentes que ocurren sincronizados (al mismo tiempo) no necesariamente tienen que estar relacionados causalmente. Pero puede existir una significativa conexión entre ellos.

Jung, sostenía que la sincronicidad era una ley del universo que actuaba para orientar a los seres humanos hacia el crecimiento de la conciencia. Las sincronicidades ayudan a reorientar nuestras vidas y a unirnos con nuestro verdadero destino, ese que está claramente emparentado con el "verdadero propósito de la vida".

James Redfield, escritor de "las nueve revelaciones" dice que el universo va hacia algún lugar específico y que todas esas "casualidades" o sincronicidades apuntan hacia ese lugar. Si estamos en fase con las energías cósmicas, todo nuestro ser apunta hacia ese lugar: nuestro verdadero Hogar...

"Cuando se buscan conexiones, se acaba encontrándolas por todas partes y entre cualquier cosa. El mundo estalla en una red, un torbellino de parentescos en el que todo remite a todo y todo explica todo". (Umberto Eco)

Ahora bien, la diferencia entre una sincronicidad y un simple evento del azar, radica en su significado. En la sincronicidad, la persona que la experimenta recibe una respuesta a algún problema o cuestionamiento que lo afectaba, pasando, su significado, a jugar un papel importante en su vida.

Estad abiertos a las sincronicidades de la vida, a las "causalidades" que no casualidades. Siempre todo, tiene un porqué, cuanto más te retires como observador, mayor será tu entendimiento sobre la realidad que ves. Cuanto mayor sea tu implicación más dificil será tu equanimidad.

 

Necesitamos amar y ser amados

Ya Aristóteles decía que el hombre es 'un animal político'. Con ello quería significar que la soledad, no es su medio o su ámbito. La adscripción a grupos, de trabajo o de familia, de la urbe, de la comunidad en general, de la sociedad, así como la pertenencia a un Estado, no son anodinos. Los estudiosos e investigadores han comprobado, desde la psicología a la fisiología, desde la sociología a la medicina, que la convivencia es uno de las factores más trascendentes, no sólo para el bienestar y la felicidad, sino para el sostenimiento de la salud total. Los enfoques psicosomáticos y holísticos, no tienen sobre esto, ninguna duda.

El ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente animales grupales y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión. La investigación ha mostrado que cuando estamos solos estamos más predispuestos a sufrir accidentes, enfermedades mentales, suicidio y un amplio espectro de enfermedades.

Para la supervivencia es indispensable la independencia y la autoconfianza, pero en el discurrir de nuestra vida no podemos prescindir del apoyo y de la compañía de los otros. Como señalan ciertos exponentes del existencialismo no puede haber un 'yo', sin un 'tú'. Esta interdependencia social es mucho más que un abstracto concepto filosófico, constituye una necesidad humana fundamental.

Necesitamos amar y ser amados. Por un tiempo podemos arreglarnos sin afecto, pero si la privación se extiende demasiado tiempo nos enfermamos, nos sentimos infelices e incluso podemos llegar a morir prematuramente. Esta fue la conclusión a la que llegó el doctor James Lynch, quien enumeró las consecuencias médicas de la soledad en su libro The broken Heart, en el cual advirtió: “Debemos aprender a convivir o aumentaremos nuestras probabilidades de morir prematuramente solos”.

Cuando los japoneses se trasladan a Estados Unidos para trabajar, experimentan un aumento masivo de enfermedades cardíacas. En principio se atribuía este aumento a la adopción de una insalubre dieta occidental , pero ahora parece más probable que se deba al impacto cultural y la pérdida de la red de apoyo de lazos familiares y vínculos de amistad.

Estos factores (desorganización social, débiles vínculos familiares y soledad emocional) también participan en el desarrollo del cáncer, como fue demostrado por investigadores de la Universidad de Rochester, quienes encontraron que una alta proporción de pacientes de cáncer son rígidos, solitarios y poco demostrativos. Rehusan el contacto emocional con otros y logran ocultar exitosamente sus sentimientos de tal modo que nunca se muestran abiertamente afectuosos ni definidamente enojados.

Para sentirnos felices necesitamos amigos. Sin ellos todos también caemos fácilmente en la apatía, en la inactividad o en la depresión crónica. Esto explica los estrechos vínculos entre el suicidio y la alienación social, demostrados por primera vez por el sociólogo francés Émile Durkheim en su clásico libro El suicidio, publicado en 1897.Durkheim analizó todos los factores que podían llevar a una persona a quitarse la vida –tales como enfermedades, pérdidas personales y dificultades económicas –pero concluyó que el determinante principal era lo que describió como “cohesión social”. Las personas que se sentían parte de un grupo estrechamente unido tenían menor probabilidad de cometer intentos de suicidio que quienes estaban más aislados.

El efecto terapéutico de la cohesión social sobre el individuo se ha confirmado mediante diversos estudios, en especial el que fuera realizado a lo largo de nueve años entre 7000 residentes de Alameda County en California. Este estudio tenía la finalidad de identificar los factores tanto físicos como psicosociales que otorgan protección contra las enfermedades y la muerte prematura. Además de evaluar la importancia de factores de riesgo reconocidos como fumar, la falta de ejercicio y la obesidad, los investigadores también estudiaron la importancia de cuatro factores psicosociales: estado civil, redes de amistades, pertenencia a una iglesia y participación en organizaciones comunitarias.

Cada uno de ellos resultó ser un importante determinante de la salud. Tanto que los individuos no casados que tenían pocos amigos y no estaban vinculados con una iglesia o un grupo comunitario tenían una tasa de mortalidad por todas las causas que era entre dos y cinco veces superior a la de aquellos que tenían una red bien desarrollada de amistades y relaciones. Una de las formas más usuales en que se verifica la convivencia, es la familia. Unidad básica de la vida social o comunitaria.

En el pasado, y especialmente dentro de ciertas tradiciones de etnias occidentales, la familia era un núcleo amplio, que no sólo abarcaba a marido y mujer, e hijos. Comprendía también, en grado no poco frecuente, a los abuelos. A veces, algún otro familiar. Poco a poco, y a medida que nos acercamos al presente, la familia ha ido adoptando la estructura nuclear, alimentada por los componentes esenciales de marido y mujer e hijos.

En la actualidad, no es infrecuente que haya roces entre los progenitores y los hijos. Al llegar a la pubertad, por razones psicofisiológicas, y fundamentalmente sociales, los adolescentes entran en conflicto con la paternidad, en sentido amplio. Lo social alimenta valores no siempre coincidentes con los que imperan en el núcleo familiar. En ese orden pueden darse conflictos. El natural deseo de emancipación de la adolescencia está en los tiempos actuales, y ya desde antes de la entrada en el siglo XXI, en choque a veces continuo entre jóvenes y padres. Con frecuencia se hace necesaria la intervención de un terapeuta familiar.

El otro gran problema de la familia, que se ha ido acentuando progresivamente, es el del ajuste en la convivencia entre el marido y la mujer. Ejes de la familia. La creciente intervención de la mujer en el mundo del trabajo, el cambio de los roles femeninos en el ámbito social, la emancipación creciente de la mujer de su sujeción al hombre y de los esquemas sexuales por la revolución sexual, han tornado cada vez más compleja la vida en común. Se necesita de la convivencia por todo lo antedicho en este artículo, pero la ejecución de la misma, en el marco de la familia, la ha tornado con frecuencia ríspida. Los niveles de tolerancia ante las diferencias no fueron tal vez nunca fuertes, pero la dependencia de la mujer en grupos patriarcales del pretérito, la llevaban a un sometimiento y a un ajuste dependiente y forzado. Tal cosa hoy no se verifica, y la disolución de parejas se ha ido incrementando.

Separaciones y divorcios, son hoy un lugar común. Como también las infidelidades sexuales por ambos cónyuges. Los pactos contractuales explícitos o tácitos que implica un matrimonio, sea civil o religioso, ya no son respetados como antaño. Y ello conduce a conflictos crecientes, a desencuentros, a pasivas tolerancias en donde el amor y el profundo afecto ya no cuentan. Tolerancias que son movidas tan sólo por la costumbre o la forzada aquiescencia mutua en razón de la presencia irrecusable de hijos.

De este modo, la terapia familiar, a la que no siempre se apela, ha sido una especialidad de la psicología en progresivo auge. Como también lo ha sido la bibliografía psicológica de autoayuda, en estas precisas cuestiones. Como nunca, tal vez antes, el 'arte de la convivencia' se ha hecho indispensable, para que lo que conforma una necesidad del hombre sea compatible con los moldes socio-históricos en que los individuos deben moverse y desarrollar sus vidas.


Omar Romano - www.vidapositiva.com

 

Consejos para ser feliz.

Matthieu Ricard obtuvo una nota inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU). Los especialistas en neurociencia afectiva le nombraron «el hombre más feliz de la Tierra». A sus 61 años, quien hoy es asesor personal del Dalai Lama tiene una vida digna de un guión de cine.

Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por abrazar al budismo. Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.
 
La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre.
 
Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.
 
El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
 
1. Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
 
2. Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
 
3. Soledad: Existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
 
4. Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
 
5. Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
 
6. Conflictos de pareja, minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
 
7. Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
 
8. Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
 
9. Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
 
10. Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.

bibliotecas on line

Algunos de los lugares de donde he descargado libros a menudo sobre autoconocimiento:

- www.bibliotheka.org

- www.quedelibros.com

- www.oshogulaab.com

 

Las 7 profecías Mayas

  Llevo ya tiempo con este tema de las profecías Mayas, y cuanto más conozco sobre ello, más empiezo a ver un paralelismo con lo que está ocurriendo en este preciso momento. Mi esperanza es que sea cierto, para que se modifique la vibración de la humanidad en su conjunto. Dejo un resumen que he encontrado en internet y que lo deja bastante claro dentro de la complejidad del Tema. Hay conceptos que pueden parecer exagerados pero no cre que vayan muy desencaminados después de los visto estos últimos 4 años.

Leerlo positivamente , no como una apocalipsis bíblica.

 

Las 7 Profecías Mayas

La primera profecía anuncia el final del presente ciclo, dice que desde 1999 quedan 13 años, que cada hombre está en el salón de los espejos para encontrar en su propio interior su naturaleza multidimensional....


La segunda profecía dice que las respuestas a todo están en el interior del hombre, que su comportamiento determina su futuro, afirma que la humanidad se encuentra en un momento de transición fundamental hacia una nueva manera de percibir el universo... que la tierra y el sistema solar, están recibiendo un haz de luz, energía e información desde el centro de la galaxia, que eso está provocando un aumento en la vibración del planeta y las ondas cerebrales y las células del hombre, se están poniendo en resonancia, en equilibrio, con la nueva frecuencia, ocasionando enormes cambios en su comportamiento.


La segunda profecía muestra dos caminos: uno de comprensión y tolerancia, el otro de miedo y destrucción. En ambos se aprenden las lecciones necesarias para la evolución de la conciencia. Somos nosotros, los que debemos decidir cual de los dos tomamos. Nos dice que la humanidad se dirige hacia una nueva época de armonía, que para llegar a ella, tenemos que enfrentar nuestros grandes miedos y aceptar que las situaciones difíciles, las vivimos para aprender de ellas,.conservando la paz en cualquier situación que vivamos, por difícil que sea, podremos mantener y aumentar nuestra energía interna produciendo un estado de vibración alta y un estado de respeto por todo lo que existe..Las situaciones difíciles, estarán en nuestras vidas mientras necesitemos aprender algo de ellas.

La tercera profecía dice que debemos tomar conciencia de nuestra influencia en el planeta para no seguir equivocándonos, provocando su destrucción, como ha sucedido a lo largo de la historia... que los procesos de industrialización sin sentido ecológico han provocado con sus deshechos un aumento general en la temperatura del planeta, que esto se acentuará con el aumento de la actividad del sol, causado por la energía que se recibe desde el centro de la galaxia ocasionando grandes cambios en el clima y en los vientos.

La cuarta profecía nos dice que el hombre debe terminar con su conducta depredadora, para sincronizarse con los ritmos de la naturaleza y ajustarse a los cambios que llevarán a todo el universo a una era de armonía... que los cambios en el clima, producirán el derretimiento de los polos, permitiendo así que la tierra se limpie y reverdezca nuevamente produciendo grandes cambios en la composición física de los continentes donde vivimos.

La quinta profecía dice que todos los sistemas basados en el miedo, sobre los que está fundamentada toda nuestra civilización, se transformarán simultáneamente con el planeta y el hombre, para dar paso a una nueva realidad de armonía. Los sistemas fallarán para enfrentar al hombre consigo mismo, hacerlo ver la necesidad de reorganizar la sociedad y continuar en el camino de la evolución, que nos llevará a comprender la cocreación. La quinta profecía Maya, dice que el DINERO dejará de usarse como medio de intercambio, y los síntomas que surgen desde distintas partes del mundo parecen confirmarlo
Surgiría un solo camino espiritual común para toda la humanidad que terminará con todos los límites establecidos entre las distintas maneras de ver a Dios.


El nuevo día galáctico está anunciado en todas las religiones y cultos como una época de paz y armonía para toda la humanidad. Es claro entonces que todo lo que no produzca este resultado debe desaparecer o transformarse. La nueva época de luz no puede tener una humanidad basada en la economía militar de imposición de verdades por la fuerza. Los nuevos tiempos de armonía universal, no pueden estar basados en un sistema no equitativo de distribución de la riqueza representado en el dinero, la riqueza virtual, y la especulación financiera.


Estamos en el final del ciclo de la noche de 5125 años. En el final de un día galáctico de 26.000 años, a punto de entrar en el amanecer de la galaxia. La época de cambio que los Mayas denominaron "El tiempo del no tiempo", también fue profetizada por otra culturas y religiones. Todas coinciden en que está a punto de suceder un cambio de grandes proporciones y al final del último giro, aproximadamente en esta época vendría un período de caos que conduciría a una nueva fase de la evolución de la conciencia y a cambios sin precedentes en el hombre.

La sexta profecía Maya dice que en los próximos años aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma del hombre. Los Mayas veían a los cometas como agentes de cambio que venían a poner en movimiento el equilibrio existente, para que ciertas estructuras se transformen, permitiendo la evolución de la conciencia colectiva, todas las cosas tiene un lugar que les corresponde, todas las circunstancias, aun las más adversas son perfectas para generar comprensión sobre la vida, para desarrollar la conciencia sobre la creación.


La séptima profecía nos habla del momento en que en el sistema solar en su giro cíclico sale de la noche, para entrar al amanecer de la galaxia, nos dice que en los 13 años que van de el año 1999 al el 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia, sincroniza a todos los seres vivos y les permite acceder voluntariamente a una transformación interna que produce nuevas realidades, que todos los seres humanos tienen la oportunidad de cambiar y romper sus limitaciones recibiendo un nuevo sentido, la comunicación a través del pensamiento, los hombre que voluntariamente encuentren su estado de paz interior elevando su energía vital llevando su frecuencia de energía vital del miedo hacia el AMOR podrán captar y expresarse a través del pensamiento, y con él, florecerá el nuevo sentido.

La energía adicional del rayo emitido activa el código genético de origen divino en los hombres que estén en una frecuencia de vibración alta, este sentido, ampliará la conciencia de todos los hombres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal.
La reintegración de las conciencias individuales de millones de seres humanos despertará una nueva conciencia en la que todos comprenderán que son parte de un mismo organismo gigantesco, la capacidad de leer el pensamiento entre los hombres revolucionará totalmente la civilización...

* Desaparecerán todos los límites

* Terminará la mentira para siempre, porque nadie podrá ocultar la verdad

* Comenzará una época de transparencia y de luz que no podrá ser opacada por ninguna violencia, o emulsión negativa

* Desaparecerán las leyes y los controles externos, la policía y el ejercito, pues cada ser, se hará responsable de sus actos y no habrá que implementar ningún derecho o deber por la fuerza

* Se conformará un nuevo gobierno mundial armónico, con los seres más sabios y evolucionados del planeta

* No existirán fronteras ni nacionalidades

* Terminarán los límites impuestos por la propiedad privada y no se necesitará el dinero como medio de intercambio

* Se implementarán tecnologías para manejar la luz y la energía y con ellas se transformará la materia, produciendo de manera sencilla todo lo necesario poniendo fin a la pobreza para siempre
La excelencia y el desarrollo espiritual serán el resultado de hombres en armonía que realizan las actividades en las que vibran más alto, para hacerlo expandirán su comprensión sobre el orden universal.

En ese momento comprenderemos que somos parte integral de un único organismo gigantesco, y nos conectaremos con la tierra, los unos con los otros, con nuestro sol, y con la galaxia entera. Todos los hombres, comprenderán que el reino mineral, vegetal, animal, y toda la materia esparcida por el universo a todas las escalas, desde un átomo, hasta una galaxia, son seres vivos, con una conciencia evolutiva. A partir del sábado 22 de diciembre del año 2012, todas las relaciones estarán basadas en la tolerancia y la flexibilidad, pues el hombre, sentirá a los otros hombres, como otra parte de sí mismo.
Esta ha sido la fórmula de contraste inverso del universo para lograr que los seres humanos evolucionen y se vuelvan cada vez más tolerantes y flexibles, pues sólo así encontraran su paz interior, el hombre nace en un universo aparentemente caótico, se ha necesitado el desequilibrio para apreciar y reconocer el equilibrio. El sufrimiento para aprender la importancia de la paz, El caos aparente es entonces el resultado de la sabiduría divina. El espíritu se encarna en la materia, en una sociedad con seres en distintos niveles de evolución, allí vive una serie de experiencias que lo llevan a comprender la razón
Los hombres nacen inocentes, sin experiencia vulnerables destructibles y contaminables, no sufren porque nada los a afectado, viven a través de situaciones que por inexperiencia o ignorancia producen sufrimiento, la saturación del sufrimiento hace cambiar al hombre y le da la comprensión acerca de los resultados y las consecuencias de sus actos, con esta comprensión puede decidir libremente si desea repetir o no una experiencia, es decir, la vida es el paso de la fragilidad de la inocencia, a la fortaleza producida por las experiencias de comprensión. La ignorancia y la inexperiencia producen guerras, esclavitud, polarización, canibalismo, falta de respeto, de consideración.
Procesos encontrados u opuestos que enfrentan al hombre con otros hombres para producir experiencias de comprensión, a cada ser humano le corresponden una serie experiencias de aprendizajes en cada vida, es lo que llamamos el destino, lo que se tiene que vivir para aprender y comprender. La vida es un proceso que vive el espíritu para agregar comprensión sobre la creación, el destino organiza las circunstancias, lugar y relaciones en que se producen experiencias de comprensión. Todo lo que es difícil, lo que causa sufrimiento y contradicción es lo que se trae como destino para aprender en cada vida.

Cuando el hombre se satura de sufrimiento acepta cosas que antes, por sus creencias, consideraba inaceptables, y no le permitían encontrar la paz interior, la vida es una oportunidad para lograr la transformación interna y pasar de la rigidez a la flexibilidad, de evitar la cárcel del espíritu que producen los dogmas. Las experiencias de agresión e incomprensión sólo traen consigo sufrimiento y eventos cada vez más fuertes y difíciles de enfrentar.
La séptima profecía Maya nos recuerda que sólo nuestra propia transformación interna, puede conducirnos a nuevos sentidos, darnos salud, e integrarnos con todo el mundo en una nueva realidad de paz y armonía.
La aceptación de todos los eventos fáciles o difíciles, alegres o triste como oportunidades de aprendizaje de las que sólo puede resultar un beneficio personal, traerá la independencia interior y la armonía. Se requiere un trabajo interior voluntario para aceptar y comprender la evolución de la creación, un trabajo diario que se refleje en todas las circunstancias de la vida y que conduzca a la paz interior.
La séptima profecía, dice que la comprensión y aceptación de ése proceso de evolución llevará al aprendizaje y al crecimiento espiritual a través de la armonía. Millones de hombres encontrarán su paz interior, y al hacerlo, podrán abrir los archivos históricos de todo lo que han vivido, pues sólo en ese momento, los podrán ver sin juzgarlos como parte de un proceso de armonización. Aparecerá una nueva cosmovisión espiritual, las relaciones, se establecerán a partir de los puntos de unión y no de separación, los hombres serán flexibles, y buscarán la paz. Estos cambios ocurrirán en todos los niveles, físico, mental, y espiritual, y a todas las escalas, individual, familiar, comunal, planetaria, y galáctica. La mayor transformación ocurrirá cuando se comprenda al universo como un proceso de evolución eterna de la conciencia de los seres.

Esto traerá respeto por la conducta de los demás, y acabará con los prejuicios, se comprenderá que todos las experiencias conducen inevitablemente, a una mayor armonía.